Terapia Génica para la Cirrosis
La terapia génica se ha desarrollado como un método de tratamiento de las enfermedades humanas basado en la transferencia de material genético a las células de un individuo. La finalidad es restablecer una función celular que estaba abolida o defectuosa, introducir una nueva función o bien interferir con una función existente. La terapia génica se basa en la combinación de tres elementos clave, el material genético a transferir, el método de transferencia y el tipo celular que incorporará dicho material genético.
La terapia génica en la cirrosis hepática está enfocada fundamentalmente a la prevención de la fibrosis, y la estimulación de la regeneración hepática. Muchas continúan en investigación en animales de prueba.
1. Regulación del factor de crecimiento transformante b (TGF-b).
La disminución de la actividad del TGF-b tiene como resultado una menor fibrosis.
Se puede bloquear específicamente su efecto haciendo que las células hepáticas expresen en su membrana una forma alterada del receptor del TGF-b que no sea capaz de trasmitir la señal intracelular tras su unión o disminuir su acción.
2. Envío específico a hígados cirróticos del gen del activador del plasminógeno urokinasa humano (huPA) modificado e insertado en el vector adenoviral (Ad-D huPA).
Activa mecanismos que inducen a la degradación del exceso de matriz extracelular y estimula la proliferación de hepatocitos. Reducción de la fibrosis, reducción en el número de células productoras de colágena, un incremento de MMP-2 y regulacion negativa de la expresión de genes de colágenas tipo I, III, IV y TIMP-1.
3. Aplicación del adenovirus recombinante AdMMP8, que contiene el gen MMP-8.
La metaloproteasa de matriz-8 (MMP-8) puede ser empleada para la degradación de exceso de colágena tipo I. Produciendo así la reversión de la fibrosis.
Referencia Bibliográfica:
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